lunes, 6 de abril de 2009

EN EXTINCIÓN - LA PALMA DE CERA



De las 11 especies que existen en el mundo, siete son silvestres en Colombia, aunque embellecen diferentes zonas del país, se encuentran en peligro de extinción.

Las palmas de cera se cuentan entre las plantas más emblemáticas y con sobradas razones candidatas a símbolo patrio. De las especies del género Ceroxylon que crecen en los Andes tropicales entre Venezuela y Bolivia, siete se encuentran en Colombia.


La bien conocida Ceroxylon quindiuense y la olvidada de Cundinamarca Ceroxylon sasaimae, son endémicas de nuestro país y no crecen silvestres en ningún otro lugar del mundo. Su nombre aduce a su primer uso: la cera raspada sirve para hacer velas, las cuales seguramente acompañaron la colonización de las montañas, la del Quindío es símbolo patrio, con las más altas y las que crecen a mayor altura en el plantea, llamaron la atención de Humboldt y Bonpland en la cordillera central. Antes de la colonización eran muy abundantes y parecieron inagotables, hoy en el ecosistema, a más de 50 metros por encima del bosque de nubes los racimos rojos atraen al Loro Orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis) a punto de desaparecer. Palma de cera y Loro Orejiamarillo representan un par ecológico severamente amenazado.


En conjunto, las palmas de cera pueden ser propuestas como símbolo natural, por su diversidad, porte y belleza. Las densas hileras que conforman el famoso 'bosque por encima del bosque' de la cordillera central son una rareza digna de protección. Con las plantaciones de las palmas protegidas y en propagación se habría superado el cuello de botella del olvido, antesala de la extinción biológica. En algún momento, ellas también se podrán reivindicar como símbolo cultural, pero aún falta camino.