Es una de las dos especies de rinocerontes que viven en la sabana africana, junto con el rinoceronte blanco (Ceratotherium simum). Se diferencia de éste en su menor tamaño (aunque, no obstante, llega a los 1.6 metros de altura y 1,500 kilos de peso, lo que lo convierte en el cuarto mamífero más grande de África por detrás del elefante africano, el rinoceronte blanco y el hipopótamo), su color gris ligeramente más oscuro y el labio en forma de pico prensil.
Esta forma se debe a que se alimenta ramoneando las hojas de arbustos y en menor medida árboles bajos, mientras que el rinoceronte blanco come hierba del suelo y tiene un labio recto y ancho. Gracias a esta diferente dieta, estas dos especies, por lo demás de hábitos muy similares, pueden vivir en un mismo ecosistema.
El fenómeno de la carga causó sensación cuando en los siglos XIX y XX, los exploradores y cazadores europeos se adentraron en África y comenzaron a matar los rinocerontes por cientos.
La caza del rinoceronte se convirtió pronto en un deporte de riesgo cada vez más demandado por las élites de los países desarrollados, y entre los cazadores hubo personajes tan famosos como Theodore Roosevelt o Ernest Hemingway. Esta caza, unida a la persecución para surtir de cuernos a Oriente medio (donde todavía hoy se emplean para hacer el mango de dagas ceremoniales) y la medicina tradicional asiática, empujó irremisiblemente esta especie hacia la extinción.
La caza del rinoceronte se convirtió pronto en un deporte de riesgo cada vez más demandado por las élites de los países desarrollados, y entre los cazadores hubo personajes tan famosos como Theodore Roosevelt o Ernest Hemingway. Esta caza, unida a la persecución para surtir de cuernos a Oriente medio (donde todavía hoy se emplean para hacer el mango de dagas ceremoniales) y la medicina tradicional asiática, empujó irremisiblemente esta especie hacia la extinción.
En los años 60 se comenzó a protegerlo y se prohibió la caza y el comercio de cuernos de rinoceronte. Aun así, la caza furtiva continúa, a pesar de que en los parques nacionales africanos se cierra los cuernos a los ejemplares y los guardas suelen tener permiso para disparar sin aviso previo a los furtivos. La consanguineidad intenta evitarse mediante el intercambio de ejemplares entre distintos parques nacionales de diferentes países, entre otras medidas para preservar la especie.