La especie se aferra a duras penas a su existencia, sólo quedan unos 1200 ejemplares. En cautividad los pandas no se han reproducido lo suficiente para aumentar o ni siquiera mantener su población. Si queremos salvar esta especie debemos conocer y proteger la vida de los pandas salvajes.
Los pandas son tímidos y rara vez agresivos, son animales solitarios, apenas están juntos pero son conscientes de la existencia de sus semejantes, se mantienen en contacto mediante ruidos y sobre todo mediante el olor.
Su vida social consiste en olfatear y dejar huellas de olor, al restregar sus glándulas olorosas contra los árboles y rocas el panda está diciendo "aquí estoy yo, o aquí he estado yo". Sólo con el olor los pandas pueden distinguir la identidad y la disposición sexual de un vecino al que no ven desde hace meses.
Si bien, son aparentemente vulnerables, los pandas han sobrevivido mientras otros mamíferos se han extinguido, su margen de seguridad es escaso, pero durante millones de años ha sido suficiente, aún así comprender como sobreviven los pandas es una cuestión tan esquiva como el animal.
